[Peu del Romeu]
Algo más abajo en el sitio denominado peu del romeu, formando esquina a la calle de Caballeros, álzase la sencilla y pequeña iglesia de San Jaime, cuya construcción data del siglo XIII. Fue construida bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves debiéndose a la piedad del caballero leridano Berenguer Marqués, cuyo palacio tenía allí contiguo. Así se llamó pues la capilla, hasta que se sustituyó por el nombra de San Jaime no ha tal vez dos siglos, al ser colocada su imagen en el único retablo que tiene. Consta sin embargo en antiguos documentos, de que el lugar donde está situada la capilla ha venido denominándose desde tiempos remotos lo peu del romeu, título que hace referencia a la pía tradición que cuenta que el Santo Apóstol al pasar por Lérida en dirección a Salduba, Zaragoza, se clavó en este lugar (1)
La tradición ya no puede ser más bella y el venir apoyada con un irrecusable testimonio de tanta antigüedad como lo es el nombre de peu del romeu que ha venido llevando este sitio en memoria de aquel suceso, desde tan lejana fecha, le da una autoridad que tendrán pocas tradiciones.[1]
NOTA
En la festividad del Santo, desde tiempo inmemorable van los niños a visitarle en esta y en la otra capilla de la calle del Carmen, llevando vistosos farolillos de papel, encendidos, y entonando ciertas canciones populares. Cuando la dominación francesa hubo un gobernador que queriendo romper con tan antigua como piadosa costumbre privó de que salieran los niños por las calles conduciendo los faroles. No salieron, pero para burlar la disposición de aquella autoridad, aparecieron los balcones de la población iluminados con farolillos. El día 23 de Setiembre de 1871, por la tarde, el Rey Don Amadeo de Saboya, que acababa de llegar a Lérida desde Barcelona, al pasar por delante de esta capilla, bajó de la carretela en que venía, y entró a orar en ella, después de lo cual volvió a subir al coche dirigiéndose a su alojamiento. En la edad media hizo se célebre lo peu del romeu por ser uno de los sitios donde se plantaban los pasquines, y carteles de desafío entre los nobles. (pp.87-88)
Edición: Pilar Vega Rodríguez
FUENTE
Pleyan de Porta, José, Guía-cicerone de Lérida: viaje por la ciudad, al objeto de conocer su historia, Tradiciones y costumbres, estudiar sus monumentos, y facilitar al viajero cuantas noticias respecto a administración, industria y comercio puedan convenirle en la misma, Imprenta de José Sol Torrens, 1877.pp. 87-88.
[1] Hay dos ermitas, con advocación de San Jaime, que perpetúan una piadosa tradición que debemos referir. Dícese que al llegar el apóstol de este nombre a predicar el Evangelio en Lérida, entró por la puerta de la Magdalena, y se hirió en un pie con una espina; este lugar está señalado con la primera ermita, y que agravándose el dolor, hubo de detenerse a reposar en el sitio en que está edificada la segunda, llamado por esta razón Pie del Romero (Peu del romeu), y en donde por ser de noche oscura, vinieron varios ángeles a alumbrarle con antorchas. Por esto todos los años la víspera y el día de Santiago, multitud de niños visitan ambas capillas con faroles encendidos en la mano. (Mellado, F. Recuerdos de un viaje por España, Madrid, Mellado, 1849, I y II parte, 264)