Nuestra Señora de las Vacas
Celebrase la festividad de Nuestra Señora de las Vacas el segundo domingo del mes de mayo de cada año.
En las vísperas solemnes se presenta al culto la sagrada imagen en su ermita, y al día siguiente muy de mañana llévasela en procesión a visitar varios conventos de monjas.
Desde el de la Encarnación que es el más distante, se la conduce a la parroquia de San Juan, donde se verifica la función, y si la casualidad hace que en este día la procesión de la Virgen se encuentre con el cabildo catedral, que se retira de hacer su estación y fiesta anual a San Segundo de Adaja, donde celebra la octava de este Santo obispo, el cabildo se incorpora a la cofradía y acompaña a la Virgen, haciéndola un donativo desde tiempos muy antiguos, de cuatro fanegas de trigo, dejándola en la parroquia, de la cual terminada la fiesta, es por la tarde devuelta a su ermita.
Hasta aquí nada de misterioso ni de singular, lo singular y misterioso es, que no siempre, sino muchos años, suele aparecerse una hermosa mariposa corpulenta, de grandes alas y de muy variados colores, ya durante las vísperas, ya en la mañana de la fiesta en -32- la ermita, ya en el curso de la procesión, y que frecuentemente se posa en el manto de la Virgen, del cual no suele levantarse durante toda la festividad.
Este es el hecho que excita en unos la piedad, la curiosidad en otros, y en todos los concurrentes un conocido interés. La reverente tradición explica la presencia de esta mariposa, que todo el mundo confiesa que es mucho mayor y más bella que las que se conocen en el país, como signo de ventura y de bienes temporales, de paz, de abundancia, de salud pública, etc., y no hay persona en Ávila que, llamada a deponer sobre la veracidad de todo este relato, no le dé, por cierto. Tan antigua es esta creencia que en memoria de la mariposa viva lleva ya la santa imagen bordada alguna en el manto, como testimonio que nos ha legado perenne uno y otro siglo, y la tristeza y el desconsuelo se apoderan de las gentes cuando no ven que la alegre crisálida viene a participar de la fiesta.
Los naturalistas, los filósofos, los racionalistas, expliquen este fenómeno o dejen a la piedad avilesa congratularse con la aparición y constante permanencia, sobre el manto de la Virgen, de esta singular mariposa.
FUENTE
Martín Carramolino, Juan. Historia de Ávila, su provincia y su obispado. Madrid : Librería Española, 1872-1873 (Imprenta, Fundición y Estereotipia de D. Juan Aguado) tomo III, Cap. XVII p. 31-32.