Casa de los Bandos
Las fervorosas y elocuentes exhortaciones del virtuoso San Juan de Sahagún, hijo de esta ciudad, -139- donde reposan sus cenizas, consiguieron por fin poner término a los terribles bandos de Salamanca, que duraron más de veinte años. Efectuóse una gran reunión para firmar las capitulaciones en una casa situada al final de la calle de San Pablo, comprometiéndose en ella los principales jefes y fautores, a no levantar gente ni fortificar sus casas.
En memoria de este grato suceso se puso una inscripción que aún se lee en las grandes dovelas que forman el arco de la puerta principal. Dice así: Ira odium general; concordia nutrit morem.
El aspecto del edificio es vulgar, no tiene más importancia que la histórica.
FUENTE
(D. de N.) Escenas contemporáneas. 1859, n.º 4.p.139.