Pie de romero
Hay dos ermitas dedicadas a San Jaime que perpetúan una piadosa tradición digna de referirse. Cuentan, que al llegar el Apóstol Santiago a predicar el Evangelio en Lérida, entró por la puerta de la Magdalena, y se hirió en un pie con una espina; este lugar está señalado con la primera ermita, y que, agravándose el dolor, hubo de detenerse a reposar en el sitio en que está edificada la segunda, llamado por esta razón “Pie del Romero” y donde, por ser noche oscura, vinieron varios ángeles a alumbrarle con antorchas. Fundada en esta tradición, subsiste la costumbre de que todos los años, la víspera y día de Santiago, multitud de niños vayan a visitar ambas capillas con faroles encendidos en la mano.
FUENTE
Mellado, Francisco de Paula, Guía del viajero en España, Madrid, Medina y Navarro, 1872, p.118.